Recientemente el fotógrafo Giulio Di Sturco nos impresionó con esta fotografía de Sophia. En ella podemos ver el cráneo de cristal que nos permite ver las conexiones internas de su cerebro. Además vemos una impresionante y realista cara de perfil. ¿Será este el futuro de las IA?
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¿Sophia es el futuro de las IA o solo una forma física extremadamente cara?
Miles de motores diminutos moldean, estiran y contraen las facciones de Sophia, creando un robot social capaz de imitar los comportamientos sociales e inspirar sentimientos de amor y compasión en humanos.
La fama de Sophia ha llegado hasta cotas insospechadas desde su presentación en 2016. El robot ha concedido entrevistas en televisión, ha aparecido en numerosas revistas, la han parodiado en la HBO e incluso Arabia Saudí le concedió la ciudadanía.
En cuanto a la IA propiamente dicha es muy difícil decir si Sophia es la más inteligente de todas. Utiliza decenas de algoritmos de diversas empresas para aprender, crecer y expresarse. Lo que si es cierto es que su IA pertenece a IA SingularityNET. Un "mercado abierto y descentralizado de para IA" en palabras de su CEO, Ben Goertzel, no es un conglomerado de empresas, sino un "protocolo" para la comunicación, la transacción y el descubrimiento del mercado de IA según la revista Forbes.
Lo que esta claro es que no es una IA consciente de si misma. Ese punto aun no se ha cruzado y esta lejos. Sus discursos y charlas se parecen más a un chatbot extremadamente complejo. Pero donde realmente radica el prodigio esta en acompañar todas sus frases y discursos con microexpresiones faciales. Estas microexpresiones son capaces de engañar al cerebro humano haciéndonos creer que se trata de una persona de verdad. Esta es la intención la que fue creada Sophia según sus creadores.
¿Sophia supone la realidad de la IA o un mercado aparte?
Esto es ya una opinión pero con Sophia los creadores no quisieron crear una IA como la de google, capaz de realizar tareas centrándose en la eficacia. Quisieron crear una IA capaz de hacer estremecerse a su interlocutor, capaz de despertar sentimientos y emociones. El propio Giulio Di Sturco afirmó en una entrevista para National Geographic "Tuve que retroceder para darme cuenta de que era un robot, no un ser humano."
Este podría ser el camino que que se busca, crear interacciones reales en las que le interlocutor no tenga muy claro si habla con una maquina o no. ¿Sustituirá a los médicos al dar malas noticias.? ¿A los cajeros, secretarios, cuidadores, etc? ¿o será algo peor.?
Fuente: Forbes, The Verge, SingularityNet