Todos conocemos Star Citizen, la gran obra de Chris Roberts, padre la mítica saga Wing Commander, que muchos recordareis con nostalgia. Y es que, aún con simples promesas y sin estrenar todavía la Alpha 3.0 Star Citizen ya ha recaudado casi 150 millones de dólares de 1.800.000 personas. Además el juego, aun siendo una Alpha luce espectacular con acabados propios de un triple A.
Preparando la Alpha 3.0
Se estrena la “tecnología planetaria”. En esta nueva actualización entra con fuerza la exploración planetaria, permitiéndonos aterrizar nuestra nave y explorar muchos planetas, satélites y estaciones espaciales sin interrupciones y de forma realista. En palabras de Chris Roberts “Cuando veas un planeta o luna, serás capaz de volar allí, aterrizar y explorar a pie, o con tu nave, o con un vehículo terrestre” con esto se propone un “salto masivo” con respecto a los visto anteriormente.
Pero… ¿Qué caracteriza a Star Citizen?
Desde que este videojuego comenzase en 2012 a levantar expectativas no ha parado de lanzar nuevo contenido y de emocionar a sus seguidores, no obstante es un juego inacabado y eso se nota. Todavía no hay fans descontentos o impacientes, pero si empezamos a impacientarnos.
Definir Star Citizen es complicado, si atendemos a las declaraciones de intenciones de Could Imperium Games, la desarrolladora al cargo, Star Citizen es un juego que aúna libre movimiento, exploración, comercio, interacción libre con otros jugadores, combates espaciales y en primera persona etc. Además es multijugador e incluye minijuegos. Básicamente, y para resumir, Chris Roberts pretende crear el videojuego definitivo, creando algo enorme en donde cada jugador pueda jugar como le plazca, sin estar coartado por el propio videojuego. Una tarea, sin duda mastodóntica.
Si una cosa tiene Star Citizen es que es enorme, aún está en construcción y no hay aspecto o promesa que no hagan sus desarrolladores. De esta forma la única forma de que conozcas el videojuego es jugándolo, por lo que os invito encarecidamente a probarlo cuanto antes.
